Querido blog:
(te sigo hablando en castellano que sé que te encanta..)
En esta primera salida de la clase de Novas tegnologías artísticas hemos ido a ver una exposición sobre arte & ciencia, en la cordoaria nacional.
La verdad es que había allí cosas sorprendentes: Un robot tipo turista japonés que sacaba fotos y luego las lanzaba al ciberespacio, un extraño panel con una gigantesca imagen digital en continua construcción, una caja llena de zanahorias de aspecto mutante, fotografías espantosas de nuestra zumbada colega Orlan, una flor transgénica de nombre Edunia, plantimal híbrido entre una petunia y los propios genes de su autor y demás engendros ruidosos e inquietantes. (hasta había una foto de un hombre con una oreja injertada en el brazo!!)
… Enfín todas estas creaciones extraterrestres me han llevado a una serie de pensamientos:
Primero: Es un hecho, a juzgar por lo visto en esta exposición, que las fronteras entre arte-ciencia se diluyen cuando ambas manifestaciones convergen en algunos de sus extremos; Pero esta relación quizá interesante para el historiador, me resulta a mí, con perdón , poco relevante por si misma; Quiero decir que el hecho de que un cuadro sea tardo-renacentista o barroco, por ejemplo, es un aspecto sin duda de interés para la compresión del mismo, pero si el cuadro nó nos gusta, si realmente no nos parece una obra de talento, pues poco nos importa el hecho de saber donde se circunscribe ¿no? En definitiva que la conjunción de los pares arte-ciencia no me parece un valor per sé (y más si lo que se hace no se dirige hacia fines interesantes) o dicho de otro modo, si el resultado apenas dice, el proceso también sabe a poco.
Hay una definición al caso del señor Gombrich que quizá nos saque del aprieto:
El secreto del artista es que realice su obra tan superlativamente bien, que todos olvidemos preguntar qué significa, para admirar tan solo su modo de realizarla. Todos estamos familiarizados con este cambio de acento en los ejemplos más triviales. Si decimos de un muchacho de la escuela que es un artista en las peleas, o que ha convertido el hacer novillos en un arte, queremos decir esto precisamente: que despliega tanta inventiva e imaginación en perseguir sus fines que nos vemos obligados a admirar su destreza por mucho que podamos desaprobar sus motivos.
Buenoooo…. Qué decir? Hay una definición al caso del señor Gombrich que quizá no nos saque del aprieto.
O sí. Podemos inferir que la práctica artística nos admira por su modo de construir a partir de parámetros de actuación que no responden a un canon de causa- efecto previsible; más bien al contrario, la actividad artística parece encaminarse a la consecución de fines de una manera peculiar, arbitraria, no lineal ni lógica, ni siquiera reflexiva en el sentido verbal y racional del término, sino que parece funcionar de manera intuitiva, subjetiva, relacionadora y holística. Rechaza los caminos estrictos y a menudo utiliza alternativas tangentes, atajos e incluso da saltos.
La búsqueda de originalidad en cuanto meta exclusiva impone un patrón que constriñe el trabajo, socava sus intenciones y lo falsea… Abajo el patrón!
Queremos un arte más libre! Que no necesite ser original siquiera! Que no necesite defenderse con teorías, experimentaciones y desarrollos procesuales; Que imite , que copie, que repita formatos sin miedo a perder su carácter; que de seguro en sí mismo pueda darse el lujo de no necesitar argumentar su propia defensa!
pd: con todo la expo estuvo simpática, y la simpatía si me parece un valor per sé. vayan a verla!
